miércoles, 7 de marzo de 2012

pensamiento, saber y opinion


Tenemos tres elementos en un sistema que intenta definir las diferencias y similitudes entre ellos.

Pensamiento y opinión se parecen entre sí y se diferencian del saber en que ambos ...

son posibles donde el saber falla, donde el saber muestra un agujero o sombra. Pero de modo distinto. El pensamiento lo hace en el lugar de no saber; es posible donde el saber no sabe porque la situación lo excede. En cambio la opinión lo hace desde la ignorancia; no es condición de posibilidad saber para opinar. Vale decir que ignorancia y no-saber son cosas bien distintas. La primera excede al saber y la segunda no lo alcanza.



Opinión y saber se parecen entre sí y se diferencian del pensamiento en que ambos...

no requieren una transformación sustancial del sujeto que realiza la operación. Cuando un sujeto piensa, si lo hace efectivamente, luego es otro distinto. En cambio con la opinión y con el saber no pasa lo mismo; aunque por razones distintas. En el caso de la opinión es bien claro, se puede opinar de cualquier cosa sin que nada nos altere. En el caso del saber no es que no se altere, como con la opinión. Cuando se produce saber hay una alteración, pero no es sustancial sino aditiva. Un nuevo saber se agrega sobre los anteriores; así permanece el paradigma, hasta su agotamiento.



Pensamiento y saber se parecen entre sí y se diferencian de la opinión en que ambos...

requieren una relación estrecha con la práctica, la opinión no. Esto está muy claro: cualquiera opina de cualquier cosa; un comerciante de prendas textiles opina de futbol, de política y luego de ecología y mega minería. Su práctica no impone restricciones a su opinión. En cambio el pensamiento y el saber tienen una relación muy estrecha con la práctica, aunque por motivos distintos. El saber requiere una relación determinada y codificada con su base empírica, de otro modo resultaría especulación o mero error. En cambio el pensamiento no tiene con la práctica la distancia que tiene el saber con la base empírica, más bien está íntimamente ligado, mezclado con la práctica. Sin ser empirismo el pensamiento demanda una relación muy estrecha con su práctica para poder ser tal.



Entonces, el pensamiento altera y transforma al sujeto que lo realiza, allí donde el saber resulta inútil, al interior de una práctica específica. En cambio la opinión puede operar en la ignorancia, sin importar la práctica que determine al sujeto que opina y sin alterarlo necesariamente por ello.